viernes, 16 de diciembre de 2016

Este blog

Hace tiempo que no escribo aquí, pero la necesidad  resurge y yo vuelvo, con nuevas ganas a mis viejos hábitos.

En los siglos XVIII  y XIX la gente escribía diarios, a menudo con la única intención de fijar de alguna forma los hechos que iban sucediendo en sus vidas, otras veces como una forma de enfrentarse a la cotidianidad, muchas veces por el placer de reflexionar, nada ofrece mejor forma de ordenar las ideas que escribirlas.

Pero escribir lleva tiempo, lleva esfuerzo, lleva una gran dosis valentía y también de humildad, y cuesta, sería más sencillo no hacerlo.
Sin embargo el esfuerzo merece la pena, nuestro mundo parece más ordenado y menos caótico cuando escribimos, como si el orden que ponemos en nuestras ideas lo pusiéramos también en él.

A veces me pregunto qué habría sido de mi vida si no fuera bibliotecaria, podría haber sido otras cosas, muchas áreas despiertan mi interés y habrían sido buenas profesiones, de hecho cuando tenía ocho o nueve años y me preguntaban qué quería ser de mayor, siempre contestaba rápida y segura: Físico nuclear.

Tenía claro que la ciencia, el espacio, y el futuro serían parte de mi vida, luego la vida empieza a dar vueltas y acabé estudiando Filosofía porque, a mi juicio, era lo más cercano a la física teórica, y de repente una profesión en la que ni siquiera habías reparado empieza a resultar atractiva.

Los años pasan y nunca me he arrepentido de mi profesión, me brinda la dosis de ciencia, espacio (virtual) y futuro que siempre necesitará mi alma, pero también me da otra oportunidad y es la de compartir conocimientos y esfuerzo.

No sé si habrá otra comunidad profesional con tantos deseos de compartir, de contar sus experiencias, de pasarse documentación, de pensar en común y de repensarse a sí mismos.

Cuando estudiaba en la universidad y la gente me preguntaba contestaba: Filosofía pura, entonces mi interlocutor ponía cara de circunstancias y contestaba: ah.
Tiempo después la pregunta era donde trabajaba y yo contestaba: bibliotecaria, de nuevo la misma cara y la misma expresión: ah.

Ahora cuando leo los blogs y artículos de mis compañeros de profesión veo que una gran parte de los textos tratan de lo que significa ser bibliotecario, ¿tuvieron la misma experiencia que yo y tratan de contárselo al mundo?, tal vez simplemente sea una reflexión para sí mismos, aunque dicha en voz alta.

En cualquier caso, hay una gran cantidad de bibliotecarios preguntándose así mismos sobre su quehacer, (la cotidianidad) y sobre su futuro (la trascendencia), a veces pienso si en realidad no estamos escribiendo un diario colectivo.

Ya he dicho en algún otro post que me gusta tener este blog, aunque no escriba a menudo en él, es una pequeña parcela de reflexión, de orden y paz mental, y tal vez, quién sabe, una porción de ese gran mapa que somos los seres humanos conectados, que pronto seremos la mayoría.



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