martes, 6 de junio de 2017

La Biblioteca Universitaria está triste

La Biblioteca Universitaria está triste
¿Qué tendrá la biblioteca?
Se momifica poco a poco ante la indiferencia general
No es poco el desengaño después de tanto esfuerzo
Que se estudian los recursos, da lo mismo
Que se apoya a todo el mundo, da lo mismo
Que se compromete con el Espacio Europeo de Educación Superior
¿Qué más da?
Se busca mejorar cada día
Se calla ante el ninguneo presupuestario
Se estudian planes u proyectos
Se responden consultas y dudas
Se trabaja en equipo y con plan de calidad
¿Qué más da?
La biblioteca está triste
La biblioteca se quiere jubilar
¿Quién la echará a faltar?

miércoles, 8 de marzo de 2017

Una aportación al debate sobre el uso de lenguaje no sexista

Hoy quiero hacer un pequeño apunte en cuestión de género porque es el día apropiado, y voy a ser breve porque hay mucho que hacer y que leer en un día como hoy.

El debate sobre el uso del lenguaje no sexista sigue abierto porque, aunque parezca mentira, aún hoy en 2017 hay quien piensa que los padres de la primera gramática de la lengua castellana elaborada por la Real Academia pensaron en todo, y que nuestros ancestros ya dieron solución a los problemas de género, a pesar de no tener la menor noción del particular.

Dicen que la producción editorial de un país es el reflejo del momento cultural y de las cuestiones que preocupan a su gente y mi experiencia en bibliotecas me afirma en ello.

Por tanto, yo me pregunto si aquellos nobles señores que limpiaron, fijaron y dieron esplendor a nuestra lengua pensaban en la discriminación por género y, como bibliotecaria que soy lo único que puedo saber con certeza es si la producción editorial del año en que se publicó la gramática reflejaba esa preocupación, así que me puse a ello y busqué cuantos libros publicados en España en ese año contienen la palabra mujer o mujeres en el título porque cualquier otra búsqueda en libros de esa época es totalmente infructuosa (en esa época hay que buscar "mugeres" para encontrar algo).

Lo que he encontrado en el catálogo de Patrimonio Bibliográfico Español son 4 libros, 4, de los cuales, al menos uno es simplemente literatura (ese año el catálogo recoge 1160 libros publicados en España).

Como uno de los cuatro es un libro traducido del francés sobre la educación de las mujeres he buscado en Francia también y me encuentro 11 de los 4618 que se publicaron ese año, entre esos 11 hay al menos 2 sobre salud reproductiva y otros dos que abarcan cuestiones legales.

No voy a extenderme más comparando con otros países o lenguas, lo importante es que la producción española del momento sobre cuestiones de género es simplemente inexistente, y como he prometido ser breve, aquí lo dejo, porque sobran las palabras.








martes, 21 de febrero de 2017

El método KonMarie o la revolución silenciosa



Dijo la revista Time el pasado año que Marie Kondo era una de las 100 personas más influyentes del mundo, dicen los millones de lectores que tiene que su método funciona y dicen los miles de seguidores y grupos de Facebook que se han formado a su estela que el método te puede cambiar la vida.

Ordenar una casa nunca es fácil y por los comentarios a todo lo largo de la red el método no era fácil de seguir, así que intrigada por esa especie de conmoción colectiva, y deseosa también de probar ideas nuevas me leí el libro “La magia del orden” y descubrí que detrás de esa sonrisa dulce hay más, mucho más.

Para empezar, multitud de publicaciones dedicadas a la decoración, la arquitectura, o al crecimiento personal insisten en que nuestro espacio doméstico nos representa, nos estimula y nos influye psicológicamente, de ahí que sea importante sentirnos en sintonía, y por tanto:
La revisión del espacio doméstico se convierte en revisión personal, la renovación interior a través de la renovación exterior (de lo que te rodea).

En segundo lugar el libro utiliza un modo muy particular de expresión, apelando a los sentimientos que fascina a prácticamente todos sus lectores y provoca una identificación inmediata, lo que aparece como un encantador y exótico modo de mirar las cosas (una seña de identidad) se convierte o una seña de interculturalidad, que cualquier ciudadano del mundo puede adoptar.

En tercer lugar la autora propone un orden concreto para llevarlo a cabo, y la importancia de continuar hasta el final en un proceso único que puede durar varios meses, y esto es radicalmente diferente al concepto de orden habitual que es cíclico y por sectores (limpieza de primavera, ropa de temporada, etc...).

En cuarto lugar tenemos que afrontar un hecho: la cantidad de objetos que tenemos hoy día en nuestras casas no se puede comparar con la de ningún otro momento histórico. En el mundo occidental se ha pasado de atesorar pertenencias a la obligación de mantenerlas a raya.
La acumulación es resultado de la sociedad de consumo, y esta situación (nueva para la humanidad) cambia la relación del sujeto con los objetos cotidianos.

Por último el gran cambio de paradigma en cualquier libro sobre el orden y la clave de todo: cuando la autora dice que para deshacernos de algo resulta muy útil agradecer los servicios prestados (ella lo ejemplifica con una bufanda o un abrigo al que habría que decirle: “gracias por haberme abrigado todo este tiempo”), en realidad lo que hace es dejar de ver los objetos cotidianos como posesiones y empezar a verlos como proveedores de servicio (algo así como el Spotify de las cosas).
Y esta es la auténtica novedad, el cambio de perspectiva: si un objeto ya ha cumplido su función de abrigar, informar o emocionar, ¿para qué guardarlo?.

Dice que sus clientes compran mucho menos después del proceso, porque si un objeto no es necesario ¿para qué comprarlo?.

Y es aquí donde una obra que promete ayuda para organizar se convierte en una reflexión sobre el estilo de vida que llevamos, ya que hacer una revisión exhaustiva y por categorías de todos los objetos de la casa, que ya no son meros objetos sino proveedores de experiencias, cambia la percepción del hogar que tenemos y cambia la idea del hogar queremos tener.