domingo, 18 de diciembre de 2016

Resiliencia


El diccionario de la Real Academia define la resiliencia como la capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos.

En el verano de 2015 fui con mi familia a Canadá, un antiguo deseo que por fin se hizo realidad, visitamos la provincia de Quebec y también la provincia de Ontario, sobre todo las ciudades de Toronto y Ottawa.
En Montreal y Quebec los habitantes francófonos están orgullosos de su historia y tradiciones, de su lengua y de su visión del mundo, pero, sobre todo, están orgullosos de su resiliencia.

Aquello me resultó muy familiar, no en balde los bibliotecarios sabemos mucho de ese tema, no hay reunión de trabajo ni proyecto que no esté relacionado.
La gente suele asociar al bibliotecario con el silencio y la tranquilidad de una sala repleta de libros, libros que, a su vez, son asociados con la tradición y lo antiguo.

Pero nada más lejos de la realidad, los bibliotecarios se enfrentan desde hace 3000 años al mismo problema crucial: cómo difundir la cultura y cómo protegerla al mismo tiempo, esté en el soporte que esté, ya sea un papiro enrollado, un mapa, un disco duro o una página web.
Conforme cambian los tiempos cambian los materiales, los códigos en que esa cultura se expresa, las claves para descifrarla y, como no, el modo de difundirla, y también de protegerla, que las dos caras de la moneda van siempre unidas.

Y nosotros estudiando el cambio y proponiendo maneras de seguir adelante con lo nuestro, que es, aunque cueste creerlo, que las personas tengan acceso a la información que necesitan, incluso cuando no saben que la necesitan.
Porque no paramos de inventar maneras de dar a conocer, en un proceso que pasa necesariamente por la ordenación, la catalogación, la clasificación de un documento, para después ponerlo a disposición del público en el lugar o área temática en la que sea más útil y fácil de encontrar.
Y después de eso nos ponemos a diseñar carteles, a dar cursos y a publicitar lo que tenemos en las redes sociales, para que nadie se quede sin saber que tenemos documentos nuevos, ideas nuevas, posibilidades nuevas...

Y si cambió la forma de trabajar desde el papiro al pesado libro medieval y después al libro de bolsillo y a las grabaciones sonoras, imaginad lo que supone pasar a los libros electrónicos, las grandes bases de datos o las páginas web alojadas en servidores externos.

Mientras tanto nos enfrentamos a una gran crisis económica a escala mundial, a un cambio de modelo del sistema educativo también a gran escala y a todo tipo de recortes que repercuten tanto en nuestro trabajo como en nuestra dignidad laboral.

Los cambios a los que nos enfrentamos los ciudadanos son grandes pero los bibliotecarios somos grandes resilientes y, para terminar donde empecé, vuelvo un segundo a Canadá porque todas las provincias canadienses tienen un lema y la de Quebec, por supuesto tiene el suyo, que aparece en muchos edificios públicos y en las matrículas de los coches: je me souviens.

Es necesario recordar, recordar siempre de dónde venimos para saber adonde queremos ir, y de recuerdos y de ideas, de proyectos de futuro, en las bibliotecas, nunca estamos escasos.


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